Rabino no me case con la araña que me engaña, porque quiero ser vino, y la maraña de engaños me hace daño.
No tiene sentido doña araña, que me diga, todo lo que por mi haría, si al final se contraría.
Soy un grano de uva fina, y usted conmigo desafina. Elegante, deslumbrante, de buen semblante. Y usted arácnida amiga es aun muy infante. Donde ha leído, que se puedan juntar un grano de uva con una araña? Cuando usted es a la vista de todos, una alimaña, que solo se ensaña en pensar que me ama, y ni siquiera piensa en cambiar sus mañas.
Desde que en octubre mis flores vieron la luz, ya estabas con tela, que parece de seda, intentando seducirme, sin que yo pudiera resistirme. Prometiste lealtades inalcanzables, contrariándote con actitudes indeseables. Pero de a poco logre amarte, y en mi vida considerarte. Que ilusa fui, de enamorarte de ti. Que confianza puedo tener, cuando no sé cuántas con tu tela intentaste poseer.
Pruebo una y otra vez la vista gorda hacer, pero no logro mis pensamientos alejar de quien alguna vez supe amar. Por lo visto una sabandija que vio una rendija e hizo perder la razón de mi corazón. Pero ya no, tenemos caminos con destinos diferentes y se que tu lo presientes.
Lo mío es ser vino, no hay que ser adivino, y lo suyo, una simple araña, sin futuro ni proyectos, teniendo incultas mosquitas como alimento predilecto.
No me siento protegida, ni tampoco soy su única elegida, así que, tienes su lección merecida.
Ayayay uvita querida, sepa usted que no me daré por vencida. Desde que su primera flor se abrió, ya era mi elegida.
No se corresponder su amor, pero no por eso, la quiero perder. Sé que su confianza debo ganar, pero me da miedo que me pueda equivocar.
Una vez me entregue toda al amor de una uva francesa, que de la noche a la mañana, hizo un despojo de esta araña. Pocos meses tenemos, para limar asperezas, y más cuando aun sigo en mi escondite sensorial, dónde nadie me toca, me derrota y menos aún me bota.
Pienso erróneamente desde la libertad de la soledad. Pero olvido que ya no estoy sólo, y que debo salir del hoyo.
Sepa que si la pierdo, mi sonrisa nunca esbozaré, y muriendo sollozaré sobre el amor que tuve y no pude mantener, hasta creo que podría perecer.
Mis ojos, extrañaran reflejarse en usted, soy un simple insecto que tiende a todo perder, por no cambiar su ficticia comodidad, pensando todo con simplicidad.
Cuando en realidad, me la tendría que jugar y demostrarle lo mucho que alguien puede llegar a amar.
Lo extrañare granito de uva, nunca me olvidare lo que me ayudo a crecer. Lástima, que no supe cuidarla y sin embargo, si, traicionarla.
Sommelier Nicolás Solano
http://degustandopoesia.blogspot.com/
martes, 31 de marzo de 2009
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Me gusta lo que escribis. Es algo nuevo para mi, nunca habia leido sobre vinos algo asi. Te espero por mi blog. Saludos.
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