El Rey del Deseo ha llegado, y como Wish-King quisiera ser citado. Para muchos seré Whisky otros según la ley, me dirán Whiskey. En el fondo sé que todos, la verdad deben conocer y saber que soy escocés.
A mis pies, rendíos todos, mi reinado no ha terminado, nadie de mis polleras debe soltar una sola carcajada al decir que son afrancesadas. Este es el diseño particular de cada tipo de clan y es llamado el tartán. Pero gracias a esto, es que los demás, más que a otros, me beberán.
A mi sangre le llamarán cebada, y una vez que haya sido fermentada, destilada dos veces será, y en una botella terminará. Teniendo mi nombre como pasaporte Ni colas para ser comprada sufriré y al menos en una góndola, sola no terminaré.
Señor comprador amaría a su cena asistir, pero antes, por un módico precio me debe adquirir, en cualquier bacanal prostíbulo boutique.
50 años en roble fui añejado, como uno de los mejores me es, considerado. En barricas me he criado, ya que en botella mi alma no se oxigena, y otro tipo de madera me envenena.
Deben saber, demás destilados, que en catas, muy bien me han puntuado. Muchos caballeros por mi, su alma han regalado, para otros fue el casino el cruel asesino.
Grandes conocedores, me han dado fama por ser mis fervientes bebedores. Cuando me sirven en las rocas o me mezclan con coca. Para todos soy un Dios, en cambio, ustedes todos… beodos, se sienten incómodos. Lastima me da la gente, que por ustedes, tristes alcoholes vaporizados, su dinero ha derrochado. O también aquellos, que en anhelo de tomar coraje para conquistar un amor pasajero, han visto su dinero robado, en cuanto, para ese fin, las han comprado.
En fin, soy un agua de vida, que como el mejor elixir del mundo me haré conocida. Gran genocida de levaduras, que lleva la gaita como armadura. Atento atacante sin miedo a mis semejantes, que perecerán en la góndola de algún supermercado, muy lejos de lo que en su juventud habían ansiado.
Glamur, fama y mujeres, confieso tener, por doquier. Lujos que vosotros no van a poder gozar. Conformarse deben, ya que ni la ciencia los puede mejorar. No es mi culpa que la vida con ustedes haya sido injusta.
Bueno creo que ya queda claro, que mi destino es lejos de vuestro lado. Se que podrán imitarme, pero nunca igualarme. Al menos déjenme desperezarme, cuando vengan para, el mercado, robarme. Contra mi no podrán, y mucho terreno perderán. Entiendan que como yo… nunca serán